El Ventorro de Sales, enclavado en el hermoso Valle de los Pedroches en el norte de Córdoba, es un rincón que cuenta historias de viajeros y tradición. Desde sus inicios, este lugar ha sido un refugio para aquellos que cruzaban las rutas de Sierra Morena, ofreciendo alimento y descanso en tiempos en que los viajes eran largos y arduos. Los ventorros, como este, eran esenciales en la vida de la comunidad, funcionando como puntos de encuentro donde las historias de la región se entrelazaban.
A lo largo de los años, el Ventorro de Sales ha pasado por diversas transformaciones. Después de una larga etapa de servicio como parada de viajeros, fue restaurado en 2003. En esta renovación se respetó su esencia, manteniendo la arquitectura tradicional que refleja la historia agrícola y ganadera de la zona. Hoy en día, el lugar alberga tres casas independientes, diseñadas para ofrecer a los visitantes una experiencia rural cómoda y auténtica. Aquí, cada rincón habla del pasado, con elementos decorativos que recuerdan la vida en el campo y la labor de los agricultores que habitaron el cortijo.
Los que visitan el Ventorro de Sales pueden disfrutar de la calidez de un entorno familiar y acogedor. La combinación de confort moderno con la rusticidad de antaño permite a los viajeros sumergirse en la naturaleza y relajarse en un espacio donde el tiempo parece haberse detenido. Las actividades al aire libre y la gastronomía local son parte del atractivo, ofreciendo una experiencia completa que honra el patrimonio cultural de la región.
La obra de José María Martin Perozo, “Las últimas ventas y ventorros de Sierra Morena“, resalta la importancia de estos establecimientos en la historia local, ofreciendo una mirada profunda a su rol como espacios de encuentro y cultura. Sus páginas exploran las vivencias y anécdotas que han marcado la vida en los ventorros, destacando su influencia en la memoria colectiva de la región.
Este cortijo no solo es un lugar para descansar, sino que es un símbolo de la rica tradición de Andalucía. Las historias que se han tejido en sus paredes son reflejo de un pasado vibrante, donde la vida rural y la comunidad se entrelazan. Cada visita al Ventorro de Sales es una invitación a redescubrir la historia y a conectar con la esencia de un lugar que ha sabido mantenerse vivo a través de los años.
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